18 • MAYO 24, 2018 TU SALUD
Dos pulmones y una nueva vida para
receptora de trasplante de órganos
Por: Karmina L. Fonseca
Selcorreo@qns.com i tuvieras la posibilidad de salvar
una vida, ¿lo harías? Gracias a la
generosidad de un donante de
órganos, la vida de Wanda Cepeda
literalmente, dio un respiro. La madre
de dos niñas estuvo a punto de morir
debido a una fi brosis pulmonar causada
por un raro trastorno hereditario,
el síndrome de Hermansky-Pudlak.
“Yo pase tres años sufriendo y luchando
pero ya mi cuerpo no daba más, había
que confrontar eso y ser realista”,
dijo Wanda. “Mi papá murió cuando yo
tenía 17 años y no quería eso para mis
hijas, y esa era el miedo mío porque yo
sé lo que se siente perder a un pariente”.
Sin embargo, gracias a un donante
anónimo y a la aparición de un par de
“ángeles guardianes”, como Wanda los
llama, ella pudo tener una segunda
oportunidad de seguir con vida.
“Yo pienso que fueron dos ángeles
que Dios me mandó para que salven
mi vida. Cuando yo conocí al Dr. Ángel
yo ya había perdido toda la esperanza
porque otro hospital me había negado
por el problema genético que tengo…
yo era un riesgo muy grande para
ellos”, añadió.
La cirugía a Wanda Cepeda, de 48
años, fue dirigida por los cirujanos de
NYU Langone Health, el director médico
Luis F. Ángel, MD, profesor en los
departamentos de Medicina y Cirugía
Cardiotorácica, y el director quirúrgico
Zachary N. Kon, MD, profesor asistente
en el Departamento de Cirugía Cardiotorácica,
quienes poco después de recibir
la aprobación regulatoria fi nal para
lanzar un nuevo programa de trasplante
de pulmón, realizaron con éxito el
primer procedimiento de la institución,
otorgando dos nuevos pulmones y una
nueva vida a la residente de Brooklyn.
“A pesar de que Wanda tenía un riesgo
más alto, por estar ya tan enferma,
al conversar con ella y ver que era una
persona tan llena de vida, con todas
las razones y motivación para mejorar,
nos motivó a tomar mayores riesgos y
hacer lo posible para salvar esta vida”,
expresó el Dr. Ángel. “Desafortunadamente
no podía respirar pero era una
gran paciente que había siempre seguido
todas las instrucciones de los médicos
y no tenía ninguna razón para tener
esta enfermedad, porque no era que
ella hubiera fumado o usado drogas”.
Debido a su deteriorada condición
física, otros centros médicos regionales
no habían agregado a Cepeda a su lista
de espera para trasplante. Su neumólogo
la remitió en diciembre del año
pasado al Dr. Ángel, quien, junto con
el Dr. Kon, acordaron asumir su caso.
“El riesgo más grande que tuvimos
con Wanda es que fuera llegar al trasplante
o no alcanzáramos a encontrar
los pulmones para ella”, prosiguió el
Dr. Ángel. “La mayoría de los pacientes
ahora sobreviven muy bien los trasplantes
de pulmón, y es raro que un
paciente en cirugía no salga adelante.
Aunque son cirugías bastantes riesgosas
ya estamos mucho mejor”.
Sensación de culpa
A pesar de la gran necesidad de donantes,
el tema sigue causando incomodidad
entre las personas. Una de las
razones es el sentimiento de culpabilidad
por parte de los recipientes de órganos,
como por parte de los familiares
de las personas fallecidas.
“Antes de la operación yo pensaba
que me iba a sentir culpable sabiendo
que alguien murió para darme sus órganos”,
confesó Wanda. “Pero me siento
igual, me siento muy agradecida y yo
oro por esa persona todas las noches.
Yo no estuviera hablando con usted hoy
si no fuera por esa persona”.
“Probablemente lo único que pasó
ese día en que el donante murió, es
que la familia y la paciente que habían
donado los pulmones decidieron que
querían salvar la vida de otras personas”,
expuso el Dr. Ángel sobre el caso
contrario, cuando es la familia quien se
siente culpable de donar los órganos
del ser querido. “Entonces en vez de
esa sensación de culpa, las familias, a
través de la donación de órganos, encuentran
como perpetuar la vida de
sus personas queridas. Eso termina
siendo lo mejor que puede pasar en un
momento tan crítico como cuando se
pierde una vida humana, -se pueden
salvar hasta siete u ocho vidas más
con los trasplantes”.
Un regalo de vida
De acuerdo al Dr. Ángel, en Nueva
York menos del 30% de la población
está registrada para donar. “Más de la
mitad de la gente no da permiso para
usar los órganos porque no entienden
bien que realmente no va a cambiar nada
-ya el paciente está muerto y siendo
más crudo, a nadie lo entierran con los
órganos, de todas maneras los órganos
se los van a sacar y en vez de perderlos,
es mejor usarlos en otra persona”.
El medico agregó que también hay confusión
en el público entre estar en estado
de coma -donde el cerebro todavía tiene
alguna función- y la muerte cerebral, cuando
no existe ninguna función del cerebro.
“La gente cree que los van a dejar morir
para sacarles los órganos, pero nadie
lo va a dejar morir. Es un desperdicio
increíble que muchos pacientes con
buenos órganos, decidan ser enterrados
en vez de darles vida a otras personas”,
insistió. “Lo más importante es recordar
que cada día es especial y hay que
tratar de sacar lo más especial de esto”.
Asimismo, Wanda ahora con esta segunda
oportunidad, busca que la gente
sepa lo importante que es donar y salvarles
la vida a otros.
“Sinceramente, no era donante, pero
ahora trato de convencer a todo el que
yo pueda y trato de dar a entender, la
importancia de ser donante. Es el regalo
más bello que le puedes dar a otra
persona”, fi nalizó.
Para obtener más información sobre
el programa de trasplante de pulmón
o para programar una cita, llame
al 866-838-LUNG (866-838-5864) o al
212-263-7951, o envíe un correo electrónico
a lungtxp@nyumc.org.
(Foto de Derek Amengual, NYU Langone Health)
El Dr. Luis F. Ángel y el Dr. Zachary N. Kon, los “ángeles guardianes” de la paciente
Wanda Cepeda.
Wanda Cepeda (Izq.) disfruta de una nueva oportunidad a la vida junto con su familia después de un trasplante de pulmón.
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