4 • MARZO 15, 2018
Las dos caras de la moneda de las Ciudades Santuario
Por: Karmina L. Fonseca Tenemos que dejar de llamar a
Nueva York, ciudad santuario.
Una “ciudad santuario” es
aquella que pone en práctica políticas
para limitar su colaboración con
las autoridades federales de inmigración.
Por lo general, implica que cuando
un residente entra en contacto con
la policía, no se le debe preguntar por
su estatus migratorio. No obstante, el
término puede llevar a un falso sentido
de seguridad, ya que de acuerdo
a Tiff any Javier, abogada asociada de
inmigración de las Ofi cinas de Bretz
& Coven, esta expresión no pinta una
imagen real de lo que está pasando
actualmente en Nueva York.
“El problema con las ciudades santuario,
es que como las autoridades
ya no tienen el poder de ir a la corte
o a la cárcel a detener a las personas
indocumentadas, ellos lo que están haciendo
es detener a cualquier persona
que esté en su casa o en el trabajo”, nos
reveló Javier.
Según la abogada dominicana, debido
a que el Servicio de Inmigración
y Control de Aduanas de EE.UU. (ICE),
tiene prohibido poner agentes en cárceles
y cortes, ahora cuenta con más
recursos para procesar y deportar a
cualquier persona. “Esa es la razón por
lo que ellos dicen que las ciudades santuario
no funcionan”, agregó. “No les
importa que estas personas no tengan
historial criminal, se tienen que
ir. Es muy triste pero eso es con lo que
estamos tratando por el último año y
medio”.
Javier aclaró que durante la administración
de Obama había prioridades.
“A pesar de la mala reputación de ser
una de las administraciones con más
deportados, ellos lo hacían en base a
prioridades como historial criminal o
violaciones migratorias que iban del
nivel uno al cinco”, dijo.
“Muchos de nuestros clientes que tenían
orden de deportación pero no tenían
antecedentes penales con vínculos
familiares como hijos, que estaban trabajando
y pagando sus impuestos, estaban
catalogados como baja prioridad. Ellos
solo tenían que reportarse una vez al año
ante las autoridades migratorias como
seguimiento”, nos expresó quien también
es miembro del American Immigration
Lawyers Association (Asociacion
Americana de Abogados de Inmigración).
“Bajo la administración de Trump, decidieron
deshacerse de las prioridades y
dijeron: ahora como no los dejan estar
en cárceles por ser una ciudad santuario,
vamos sobre esas personas que se reportan
una vez al año aunque no se metan
en problemas, o no tengan un historial
criminal. Esas son las personas que están
sufriendo porque ahora les decimos,
tienes que empacar e irte”.
Sentimientos encontrados
A pesar de que los defensores de los
inmigrantes continúan apoyando a la
ciudad de Nueva York como una ciudad
santuario, Javier cree que ser una ciudad
santuario también puede ser contraproducente.
La ola de detenciones
de inmigrantes y los llamados “arrestos
colaterales” (aquellos indocumentados
que no están en la mira de ICE
pero que son detenidos por encontrarse
en medio de sus operativos), sigue
incrementando.
“Tengo sentimientos mezclados sobre
esto y sé que voy a provocar controversia,
pero veo que los que están
sufriendo ahora son aquellos que han
estado trabajando por los últimos 20
años, criando a sus familias y tienen negocios
y hogares y ahora están siendo
atacados”, indicó. “Al mismo tiempo, si
no tenemos ciudades santuario la gente
va a tener miedo de reportar crímenes,
pagar un ticket, buscar ayuda médica
o buscar los servicios que necesitan
por el temor de ser arrestados. Es duro.
Veo porque necesitamos ciudades santuarios
pero también veo a muchos de
mis clientes sin historial criminal que
están siendo deportados”.
La abogada también explicó que técnicamente
Long Island no es parte de
la ciudad y no debe ser considerada
ciudad santuario.
“Veo la gran necesidad de ciudades
santuarios bajo esta administración.
Para protegerse hay muchas organizaciones
que dan cursos de los derechos
que tienen los inmigrantes antes de ir
a la corte si tiene que pagar un ticket”,
señaló Javier. “ En mi opinión, si deben
de tomar el consejo o hablar con un
abogado si tienen un temor. Organizaciones
como ‘Legal Aid’ o ‘Immigrants
Rights Project le pueden aconsejar gratis
si no tienen dinero para hablar con
un abogado. Todos tenemos derechos
sin importar el estatus”, fi nalizó.
INMIGRACIÓN